
Quiero que mis hijos estén agradecidos por poder dar por sentado el privilegio de sus vidas, así que este año esto es lo que estamos haciendo.
Mis hijos son mocosos mimados. Por supuesto, lo sucedido en el 2020 les ha enseñado a “prescindir” de cosas que de otro modo podrían haberse dado por hechas. No hubo campamentos, ni viajes de verano a Estados Unidos. Lo sé, estás llorando por ellos mientras lees esto (espero que mi sarcasmo sea escuchado).
Estoy segura que no estoy sola en mis sentimientos, los que van desde estar extremadamente agradecida por los privilegios que tienen mis hijos, hasta preocuparme de que estén creciendo en una burbuja, completamente inconscientes en cuanto a cómo es verdaderamente el mundo y lo que significa tener problemas “reales” que no involucran el wi-fi que a veces no funciona y de los videojuegos que se congelan. Por un lado, mi instinto maternal quiere que un wi-fi poco confiable sea lo peor que le suceda a cualquiera de mis hijos. Por otro lado, quiero que comprendan lo afortunados que son a pesar de las fallas en la conección.
Y no me refiero a ser afortunados porque se van a unas divertidas vacaciones de vez en cuando, o cuando se gastan unos cuantos dólares en zapatillas caras. Lo que quiero decir es, que entiendan que el privilegio que tienen es mucho más profundo. Tienen un techo sobre su cabeza. Tienen comida en la mesa. Tienen libros escolares. Tienen ropa que les queda bien. Tienen zapatos sin agujeros. Estas son las cosas que quiero que sepan pueden dar por sentado, pero también quiero que estén profundamente agradecidos por el mero hecho de que pueden darlas por hechas. Y, más que eso, quiero que sepan que simplemente tener esa seguridad significa que absolutamente DEBEN ayudar a otros que no tienen tanta suerte.
Me gustaría pensar que los estamos criando en un hogar donde el valor de la “tzedaká” es evidente. Sé que están creciendo en una comunidad donde “jesed” y las donaciones son abundantes, continuas (así que, en caso de que estemos fallando como padres, ¡espero que todavía estén recibiendo el mensaje desde alguna parte!). Creo que dar caritativamente, y ayudar a los necesitados, es algo que debe hacerse todo el tiempo, en todas las formas posibles (no importa cuán grande o pequeña sea), y no solo concentrada en una época del año. Pero, hay ciertas festividades en las que surgen oportunidades y es una buena forma de compartir con los demás, y simultáneamente educar a mis hijos.
Mis recuerdos favoritos de Janucá cuando era niña son aquellos donde encendeíamos la menorá en el estudio de mi padre. Todos nos amontonábamos en la habitación, encendíamos las velas, cantábamos MUY fuera de tono y luego pasábamos a la parte divertida: los regalos, al menos uno por cada noche. A medida que mi hermana y yo crecimos, los regalos se volvieron menos interesantes (piense en medias y otras necesidades similares), pero todavía había algo divertido cada noche cuando abríamos un regalo. Esta es una tradición que quería continuar con mis propios hijos cuando eran pequeños, dándoles la emoción de 8 noches de pequeños obsequios y tesoros. A medida crecieron, se dieron cuenta que Janucá no es solamente un asunto de recibir pequeños obsequios cada noche; sino, por ejemplo con hacer un viaje para ver los abuelos y primos, ¡lo que representa un beneficio aún mayor!
Este año, al igual que con todas las demás festividades, Janucá se experimentará de forma diferente. No lo pasaremos con nuestros abuelos u otros familiares extendidos. (Sin embargo, cantaremos fuera de tono cuando se enciendan las velas, eso es un hecho). Si bien estoy tentada a darle a cada niño 8 increíbles regalos para compensar los meses difíciles que todos hemos estado experimentando, no lo haré. En cambio, cada uno recibirá una tarjeta de Myisrael, explicándoles que se ha comprado un regalo a su nombre para alguien que lo necesita.
Este es realmente el mejor regalo que puedo darles para Janucá; mostrándoles cómo podemos difundir un poco de luz en este tiempo de oscuridad, recordándoles que tenemos mucho que agradecer ayudando a los necesitados. Es una iniciativa brillante por parte de Myisrael porque mis hijos todavía tendrán algo que abrir, y también algunos niños (o adultos) que de otra manera no tendrían mucho que celebrar este año.
Si está buscando hacer que su fiesta de Janucá sea un poco más significativa este año, en lugar de esperar un regalo, regale.
Escrito por: Emily Kirschenbaum
Según tomado de, https://blogs.timesofisrael.com/making-hanukkah-about-giving-not-getting/
Traducido, con algunas modificaciones, por drigs (CEJSPR)