por Rabbi Dr. Nathan Lopes Cardozo

Es imposible comprender. Mi amigo y maestro, ya no está.
Considero el fallecimiento de Lord Rabbi Sacks como un evento trascendental. Para judíos y no judíos.
Con los años, la mayoría de los rabinos nos hemos vuelto irrelevantes a nivel mundial. Queríamos ser líderes espirituales, maestros, servir a nuestros feligreses y convertirnos en jefes de ieshivot. Pero rechazamos la idea de ir más allá de estas tareas y enfrentarnos al mundo.
Que la fe religiosa fuera desafiada en todo el mundo como nunca antes no nos molestó. Era para que otros lo trataran y decidimos enterrar la cabeza en la arena.
Sin embargo, al hacerlo, le robamos al judaísmo una de sus tareas más poderosas: desafiar, perturbar, rebelar y enviar un mensaje fuerte y apasionado que ayudará a toda la humanidad a avanzar. El filósofo danés Soren Kierkegaard observó una vez que la religión tiene que funcionar como una tormenta, pero con el paso de los años se inventaron diversos pararrayos, y perdió su propósito. Y así, el judaísmo se ha convertido en un ente que complace y consuela, en oposición a un crítico mordaz de nuestros fracasos morales y nuestra mediocridad espiritual e intelectual.
El rabinato estaba destinado a ser un tubo de ensayo en el que se pudieran desafiar sus propios fundamentos y experimentar con nuevas ideas. Se suponía que redimiría al judaísmo del banco de arena en el que se atascó y volviera a convertirse en una experiencia vibrante a nivel mundial. En cambio, negó su tarea de ser “una luz para las naciones” y decidió ser una lámpara menguante en la noche.
Es por eso que el rabino Sacks se convirtió en un maestro de clase mundial. Donde los rabinos temíamos ir, él viajó solo para desafiar no solamente a la comunidad judía, sino al mundo en general. Su confianza en el poder del judaísmo y su sabiduría infinita le permitió entrar en el foso de los leones, enfrentándose a filósofos, sociólogos, científicos, pensadores religiosos y seculares famosos y mostrándoles que el judaísmo tenía algo que enseñar que no podían perderse si querían estar a la vanguardia de la religión, la filosofía y la ciencia. Nos mostró que la ciencia tenía que justificarse a los ojos de las creencias religiosas, y no al revés.
Mucho antes de que el rabino Sacks dejara el principal rabinato británico, ya había seguido su propio camino y se convirtió en un hombre de fe solitario. Si bien los rabinos nos convencimos de que no era posible involucrarnos y desafiar al mundo académico, el rabino Sacks nos mostró que estábamos usando este argumento para encubrir nuestras propias limitaciones. Sabíamos que había instituciones judías ortodoxas que enseñaban cómo el judaísmo podía existir en un mundo secular, pero sostener que el judaísmo podía desafiar a las comunidades científicas, filosóficas y académicas era algo inaudito. En cambio, el rabino Sacks nos mostró que lo contrario es cierto. Pero, por encima de todo, fue su atrevida voz moral religiosa lo que hizo temblar a los primeros ministros, líderes mundiales y clérigos.
El rabino Sacks pudo hacerlo solo porque tuvo que descubrir el judaísmo por su cuenta, guiado por algunos grandes maestros. Las personas pueden convertirse en pensadores sobresalientes solo cuando se encuentran con dudas, luchan con su propia fe y se les desafía constantemente. Y como me dijo, muchas veces en sus primeros años sintió que casi se cae por el precipicio de la fe, agarrándose a él con una sola mano. Pero estos fueron también los momentos más exaltados y reveladores de su vida. Después de todo, la religión en general y el judaísmo en particular, es una protesta contra la mediocridad religiosa y la complacencia. El contentamiento religioso es el archienemigo de cualquier fe genuina. Y en tal entorno no surgirán grandes líderes o pensadores. Por supuesto, este no es el caso de la mayoría de nosotros, para quienes una educación convencional es crucial, pero para los hombres verdaderamente grandes, esa educación es a menudo un obstáculo. Claro, significa, como en el caso del rabino Sacks, que chocarán con el establecimiento religioso, incluyendo el propio. Y aprende a vivir con eso.
La mayoría de los pensadores excepcionales son considerados sospechosos, los desprecian, los ignoran, son condenados e incluso boicoteados. La historia nos enseña, muy a menudo que su influencia solo se volverá prominente y transformará el mundo después de su desaparición. El rabino Sacks tuvo el gran mérito de ver su influencia en su propia vida. Eso de hecho, lo hizo aún más excepcional.
Lo que hizo el rabino Sacks, y lo que pocos han hecho, es conducir el barco de la Torá, a toda vela, hasta el corazón de algunas de las personas más talentosas e influyentes del mundo. Los tomó a todos por asalto.
Cuando se enfrenta al fracaso del Gran Rabinato israelí, uno solo puede admirar más al Rabino Sacks. Uno no tiene que estar de acuerdo con todas sus políticas, decisiones o ideas filosóficas, pero nadie puede dudar de su contribución de muchas espléndidas ideas teológicas a la tradición, la ética y la filosofía judía en general. Durante años, el actual Gran Rabinato israelí, a diferencia de los días de Rav Kook o Chacham Uziel, ha guardado silencio en todos estos frentes, donde el rabino Sacks estuvo activo. Sus rabinos no solamente no han contribuido al desarrollo del pensamiento religioso, sino que probablemente ni siquiera entienden algunos de los escritos del rabino Sacks, ya que parecen carecer de toda la formación en filosofía religiosa y secular, nunca han contemplado los temas que el rabino Sacks luchó, o aprendieron el arte de pensar de forma independiente. Al parecer, no conocen las obras de otras importantes religiones monoteístas, ni el hinduismo y el budismo, ni los escritos de personas como Avraham Joshua Heschel, Franz Rosenzweig, David Hartman, David Weiss Halivni, Arthur Green, Paul Tillich o Reinold Niebuhr.
Con la desaparición de Rabbi Sacks, el judaísmo mundial como nunca antes, tiene que preguntarse cómo puede producir rabinos al nivel de Rabbi Sacks para que el judaísmo pueda continuar siendo un actor mundial. Hasta ahora, ha fracasado amargamente en educar a los jóvenes que podrían asumir la tarea que el rabino Sacks se había propuesto y superarlo, enfrentando muchos asuntos importantes que el rabino Sacks no pudo o no quiso abordar. Es fundamental que el judaísmo y la halajá sean vistos como experiencias emocionantes y ennoblecedoras, no solo como una religión o un sistema legal que se estancó, volviéndose irrelevante para la mayoría de los judíos seculares, no judíos e incluso algunos judíos religiosos. Pero la búsqueda más importante es asegurar que una voz religiosa judía muy inteligente continúe hablando al mundo exterior, especialmente a la academia, los moralistas y los responsables políticos en el gobierno y las instituciones de alto rango. La fe, escribió el rabino Sacks, está en su mejor momento cuando se convierte en una fuerza contra-cultura, cuando no tiene poder, sino sólo influencia, cuando no posee ninguna autoridad, excepto lo que se gana.
Solo podemos esperar que con su fallecimiento, las enseñanzas del rabino Sacks se vuelvan cada vez más desafiantes, inquietantes y atrevidas, mostrándonos el camino. Sin duda, tenía más bajo la manga de lo que sabemos, y oramos para que ahora que ya no está con nosotros, el judaísmo ortodoxo haga lo que debe hacer, incluso para tratar de acercar a todas las dominaciones religiosas. Oh, sí, será doloroso, pero el beneficio no tendrá precio.
Lo extrañaré muchísimo y le pediré a Dios que me ayude a sobrevivir sin su amistad y nuestras maravillosas discusiones. Que su memoria sea una bendición.

Rabbi Dr. Nathan Lopes Cardozo
Según tomado de, https://www.cardozoacademy.org/faith_and_defiance/faith-defiance-in-memory-of-lord-rabbi-jonathan-sacks-z-l/
Traducido por drigs, CEJSPR